El caso es que nos fuimos a un hotel en mitad de las montañas... Una maravilla oiga. Tenía yo una habitación que era igual de grande que donde dormían ellos, los cinco juntos. Unas camas, que podía torear ahí José Tomás... Increíble. Encima te daban chocolate cookies gratis si las pedías en recepción. ¿Tu te crees que se le puede pedir más a la vida? Pues no.
Aunque en este viaje me llevé una sorpresilla desagradable a la par que inesperada (si, tenía que poner 'a la par'. Es que me hace gracia, ¿vale?). Aunque se solucionó rápido. La historia es que estábamos cenando y, de repente, mi host dad me dijo que, cuando me fuera con ellos de vacaciones, les gustaría que me pagara las comidas. Yo flipé, porque antes de venir hablamos sobre las vacaciones, y ellos me dijeron que se hacían cargo de todo; aunque también lo entendí, que son cinco bocas que alimentar (conmigo seis). El caso es que cuando saqué la cartera para pagar, mi host mum me miró a mi y le miró a el en plan "¿Qué c(piiiii) está pasando aquí?", pero no dijo nada.
Al salir del restaurante, me cogió a parte y me hizo un tercer grado hasta que confesé que él me había dicho que me pagara la cena. Ella se cogió un mosqueo de la leche, y me dijo que no me preocupara, que el me iba a devolver el dinero y que eso no iba a volver a pasar. Esa misma noche, mi host dad me pidió perdón (por sms) y me devolvió el dinero.
Al día siguiente nos fuimos a un festival de música y nos montamos en el telesilla para subir a la parte más alta de las pistas que esquí. Me hizo mucha gracia... Os pongo una foto, porque no se como explicarlo.
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| La cosa blanca de la izquierda es una montaña de nieve donde había gente haciendo snowboard. Lo azul del centro es una piscina con gente en tablas de surf y bañador. |
Ojalá nuestros puentes fueran vacaciones de verdad...
¡Sed felices!
¡Sed felices!
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